domingo, 3 de agosto de 2014

Hay más "zombies" de lo que parece y casi ninguno come cerebros. (Infectados) 1ª parte.

Puede que muchos piensen que estoy un tanto loco al titular de este modo la entrada que estoy escribiendo, pero, los "zombies" están ahí fuera, en todas partes y todos estamos rodeados de ellos, lo peor del caso es que puede que nosotros formemos parte de ese colectivo y, tristemente, no seamos capaces de darnos cuenta.

Figura mítica del cine de terror a finales del siglo XX y a principios del XXI, el cual estamos viviendo, personajes que cada vez han cobrado un mayor peso tanto en la industria fílmica como en la de vídeo-juegos, seres infectados por alguna bacteria que campan por las ciudades infectando a otros seres y buscando cerebros para así poder alimentarse, sin capacidad de raciocinio ni de tener conciencia, organismos con fuerza sobrehumana capaces de mil peripecias para poder alimentarse, pero, eso sí, sumamente torpes. Llamados en numerosas ocasiones muertos vivientes y presentes desde hace siglos en la cultura haitiana, probablemente esta figura moderna del devorador de cerebros haya surgido de ese país, en el cual, según varios relatos, al ingerir una bacteria que se encontraba en el cerebro de un pez, la voluntad del individuo se anulaba por completo, convirtiéndose en una marioneta que cumplía órdenes del primero que se las diese, haciendo caso omiso del mismo. Escopolamina, sales de baño y demás sustancias producen el mismo efecto y/o peor que la anterior bacteria y esto es extremo en el caso de la segunda sustancia citada, la cual aumenta de forma alarmante la temperatura del cuerpo de quien la consume y multiplica su fuerza considerablemente, siendo el consumidor incapaz de controlarla, por si fuese poco, genera comportamientos canibalistas.




Existen multitud de casos relacionados con las sustancias de las que antes hablé y rozan lo impresionante, pudiendo estar dentro del guión de cualquier película de holocaustos "zombies" de Hollywood. Los anteriores muertos vivientes, presentes muy poco en nuestra sociedad, con algún que otro caso aislado, uno entre un millón y proporciones semejantes, es cierto que causan un gran revuelo y que pueden alarmar a muchas personas, véase el caso del gobierno estadounidense, capaz de desarrollar un plan anti-zombies serio por la repercusión de este fenómeno en nuestra cultura desde finales del siglo pasado, pero lo verdaderamente aterrador y lo que a mí me hace temblar, no son estos devora-cerebros, sino que son otros seres, los cuales ya tienen el cerebro carcomido y a punto de desaparecer y que no se han dado cuenta, ni les ha dado tiempo. Es cierto que el capitalismo ha traído consigo una serie de mejoras considerables, es cierto que vivir un poco mejor de lo que podemos es muy agradable y también es cierto que vivir con la única preocupación de ver si una luz se ha encendido en nuestro móvil o no, es muy cómodo y no es demasiado trabajoso. Internet ha sido una cuna de mejoras que han facilitado muchísimo la vida de los seres humanos, desde compras en línea hasta correos que permiten enviar mensajes desde una parte del globo a otra en cuestión de décimas de segundo, no podemos negar que la publicidad nos permite conocer los productos que nos convienen y los que no, pudiendo elegir así entre cuáles comprar y cuáles no y cuánto comprar de cada, hasta aquí todo parece reluciente como el oro más limpio jamás encontrado, pero como todos sabemos, no es oro todo lo que reluce y todos estos avances han traído consigo unas consecuencias tan negativas que son extremadamente devastadoras:


1) Falta de iniciativa; estamos tan influidos por todo lo que nos rodea y por las entidades y personas "superiores" a nosotros, que somos incapaces de tomar la iniciativa y proponer algo diferente a lo que todas las ovejas del rebaño de la sociedad siguen y aceptan.

2) Falta de ambición; estamos tan cómodos y con nuestras necesidades tan bien cubiertas, que no nos pica la curiosidad por intentar saber más o por buscar nuevas y diferentes formas de ver y entender las cosas.

3) Falta de autoestima; no creemos ni consideramos las posibilidades que cada uno de nosotros tiene en la vida ni las cualidades que tengamos o que podamos llegar a desarrollar. Creemos que existen unas personas mejores que el resto y que las demás no sirven para nada, creemos que las personas nacen y no se van haciendo por el camino.

4) Ignorancia y soberbia; creemos que todo lo que sea diferente a lo establecido, es raro, no puede llevarse a cabo o está mal y todo por eso, porque es diferente a lo que los organismos sociales o las modas han establecido a lo largo de los años, si fumar estuviese bien visto socialmente, no fumar sería algo que está mal. No porque algo sea nuestro es mejor y tampoco porque sea de otro tiene porque ser peor, existen muchas maneras de ver las cosas y de hacerlas, ni mejores ni peores, sino diferentes y dependiendo la situación, puede triunfar una u otra.

5) Individualismo; no nos preocupamos ni lo más mínimo por el que tenemos a nuestro lado, siendo capaces de mentir sobre cualquier cosa para así podernos salir con la nuestra, siendo capaces de decir cualquier cosa, de rebajar nuestra dignidad para no perder la "amistad" o el cariño de una persona, preocupados únicamente por nuestra circunstancia, queriendo sacarla adelante de cualquier manera, sin importar hacer daño a quienes nos rodean.

6) Pereza; estamos muy cómodos sentados en nuestro sofá comiendo patatas fritas de bolsa, viendo como se matan personas a disparos en nuestro televisor y gozando de esa situación, estamos tan bien, que levantarnos de nuestros aposentos es más costoso para nosotros que 15 días siendo asfaltadores en pleno mes de agosto en Valencia. Nada nos mueve del sofá, a no ser que, claro, tengamos que reponer nuestra bolsa de patatas o tengamos tantas ganas de orinar, que ya estemos incómodos y no nos quede otra.

7) Agresividad; cualquier opinión diferente a la nuestra está equivocada, no sirve para nada y cualquiera que quiera hacernos cambiar de parecer será considerado como el Anti-Cristo, vociferaremos en su contra, llegando a agredirlo si es necesario para que de una vez por todas acepte mi opinión, única e indubitable.

8) Amor a lo que no se debe amar; La televisión, la radio e Internet han permitido que existan super-estrellas y que nosotros seamos fans enfervorizados de las mismas, llegando a amarlas, llegando a considerarlas más importantes que nuestras propias vidas, llegando a santificarlas, a considerarlas como semidioses o algo por el estilo, alabando su trabajo más que ningún otro, por el hecho de que salen en la televisión y son simpáticos, aunque lo único que hagan sea rascarse los pies. Nuestra existencia orbita en torno a estas grandes estrellas y cuando desaparecen o sufren, todo en nuestra vida se torna oscuro y estamos sumidos en el más profundo caos.


Móvil, televisión, ordenador, máquinas que han llegado al punto de controlarnos y de lo cual, nosotros no somos conscientes y ese es el peor mal que está azotando a la sociedad. Personas sin expectativas en la vida que dejan pasar el tiempo mientras ven basura en la televisión, mientras ven realities de los cuales no podemos sacar nada provechoso y que tienen un argumento y una finalidad extremadamente pobre, rozando lo absurdo. Una grave enfermedad que muchos tenemos es que admiramos a las personas que hacen el paripé en la televisión y cobran un buen fajo de billetes por ello, en el fondo, queremos ser como ellos, queremos ganar dinero sin dar un palo al agua y contando chismorreos en la caja tonta. La publicidad es algo que puede ayudarnos a la hora de decidir al ir a comprar ciertos productos, pero actualmente está haciendo mucho daño, dirigiéndose cada vez a personas más jóvenes, las cuales no tienen una personalidad desarrollada del todo y no pueden, en muchas ocasiones, diferenciar qué es la ficción y qué es la realidad. Los anuncios emiten imágenes muy distorsionadas de la realidad y nosotros las percibimos, creyendo que vamos a ser mejores si nos hacemos con el producto publicitado, creyendo que si nos echamos una colonia X, todas las mujeres se nos acercarán y que si comemos una hamburguesa con queso, seremos más guapos o la gente se fijará más en nosotros. Anuncios absurdos pero que nosotros tragamos y que nos influyen de manera notoria, haciendo que consumamos y al cabo de un tiempo, sintiendo que lo que tenemos ya está anticuado, aunque no lo esté, volvamos a consumir y así sucesivamente, entrando en una cadena de más, más y más de la que es muy difícil salir, entrando en una dinámica consumista de la que los peces gordos de esta sociedad son los máximos culpables, sintiendo la enfermedad que nos hace comprar y comprar más cosas para llenar un vacío que se ha ido produciendo en nosotros a lo largo de nuestras vidas debido a todas las ideas que nos han metido en la cabeza, por culpa en gran parte de la educación y del ejemplo que dan los educadores, mandar una cosa pero al final hacer otra (véase El vacuo ejemplo y el camino recto,http://elsillondesuini.blogspot.com.es/2014/06/el-vacuo-ejemplo-y-el-camino-recto.html).

Imagínense que pensaría Galileo si volviese de entre los muertos o, incluso, que pensaría Newton o Einstein al ver todo lo que podrían ver hoy, seguramente se preguntarían, ¿para qué he movido un dedo sino he conseguido nada?, ¿ha merecido la pena?...







No hay comentarios:

Publicar un comentario