martes, 5 de agosto de 2014

Los "zombies" nacen para competir y tienen dueño. (Educastrados) 2ª parte.

Somos cómo somos y admiramos lo que admiramos por como hemos ido siendo educados y por como gran cantidad de datos, que no información, están bombardeándonos de forma continua, ¿somos libres y responsables o no somos más que el producto defectuoso de una sociedad que busca una prosperidad muy mal comprendida? Este es un tema sobre el que podríamos escribir ríos y lagos de tinta pero, que en definitiva, no llegaríamos a una conclusión limpia totalmente. 

Nadie puede dudar de que estamos siendo educados de una forma muy mecánica , que no nos enseña a responder a diferentes estímulos en diversas situaciones. En la escuela nos enseñan a sumar 2+2, pero no a sumar dos manzanas y otras tantas para así obtener cuatro unidades de las mismas. No podemos llamar educación a lo que está encima de nosotros durante los años más plásticos de nuestra vida, sino que, más bien, es un adoctrinamiento, una repetición constante de operaciones que en el fondo no nos van a ser útiles para casi nada, siendo muy optimistas, pero este no es el peor de los defectos, la metedura de pata no es que no nos enseñen a ser personas y a relacionarnos con nuestros congéneres, sino que, más bien, es que hacen que todo nuestro trabajo y esfuerzo se mida por una nota en un examen aislado, ¿quién es tan atrevido como para poner un 4 en un examen a un chico que lo ha estado preparando durante 3 meses y 5 horas al día? Claro que la prueba puede salirle mal, pero el chico seguramente controla mejor la materia que otro que ha sacado un 8 estudiando dos semanas y, casi seguro que también le sabrá dar mucha más utilidad en su vida. Estamos destruyendo talentos, destrezas y sueños desde la edad más temprana de las personas, podríamos aprovecharlas de manera productiva para la sociedad, pero trazamos una línea, la cual tenemos que seguir si queremos ser alguien en la vida, sino estaremos fuera de lo único que es importante, la Sagrada Línea


Que centremos el trabajo y el esfuerzo de los estudiantes en una nota, no es sólo injusto, sino que hace que los niños tengan una competitividad extrema, espantosa y agresiva que no los permite convivir pacíficamente y les hace estar continuamente luchando por ser mejores que quien tienen a su lado y obsesionados con lo mismo, daríamos todo por superarlos y los envidiamos de manera enfermiza cuando las cosas les van bien o incluso mejor, he aquí la falta de valores de la que hablaba en la primera parte y anterior (Hay más "zombies" de lo que parece y casi ninguno come cerebros. (Infectados) 1ª parte., http://elsillondesuini.blogspot.com.es/2014/08/hay-mas-zombies-de-lo-que-parece-y-casi.html), el fin justifica los medios, ¿de verdad merece la pena hacer cualquier cosa para conseguir un objetivo?, ¿realmente es necesaria esta competitividad inhumana?, ¿necesitamos fijarnos en otros para superarlos y así darle sentido a nuestras vidas?


Todo lo que anteriormente he citado, todos los efectos en la vida de los niños en el colegio de los que he hablado, se dan más alarmantemente en la vida de las personas adultas, a uno le va bien, el otro lo envidia y quiere superarlo, haciendo lo que sea, eso sí, a sus hijos les hace poco caso, él sólo quiere adquirir más riquezas que el otro individuo. Una vida vacía, necesitada de la vida de otro y esa a su vez, de otro, claro que todos venimos al mundo y vivimos gracias a otras personas, pero no gracias a que uno se compra un coche y otro, muerto de envidia, quiere hacerse con uno mejor.

Nada de esto es natural, nada de esto es normal, esto no tiene que ser lo correcto y creo, humildemente, que no lo es, es lo que hay. sí, pero, ¿por qué?, porque conviene, ¿a quién?, a nosotros por supuesto que no, pero a los que están arriba, a los grandes jefes, a los que "mandan", les encanta, gozan viendo como nosotros, estúpidas ovejas sin cerebro, luchamos para, en el fondo, aumentar su riqueza. 


Todavía no nos hemos dado cuenta, algún día despertaremos, nunca es tarde para tomar la píldora roja y aceptar la realidad aunque sea dura, para dejar de lado la píldora azul, que no hacía más que alargar nuestra estancia en un sueño profundo, en una fantasía que, en este caso, se tornó hace mucho tiempo en pesadilla.


No hay comentarios:

Publicar un comentario