viernes, 29 de agosto de 2014

Tú no eres Dios, a mí no me engañas.

Amigo mío, Señor de los Cielos, Allah, Jahveh o cómo te llames, disculpa mi atrevimiento al dirigirme hacia ti tan directa y descaradamente, es que San Pedro no me hace caso y he decidido hablarte para poner claros unos asuntos que continuamente se presentan en mi cabeza. No sé cómo eres, qué o quién, sólo sé que muchos matan y mueren por ti y hablan de tu excelencia como una maravilla, algo de otro mundo, un regalo para nosotros, la mejor de las bendiciones posibles, quizá estés en tu trono con esa barba blanca que tanto nos gusta pintarte, incluso puede que seas de raza negra, como Morgan Freeman en la película Como Dios , ¿te imaginas?, sería asombroso, yo sería tu más ferviente defensor, no lo dudes. Pero al final, todo esto sólo lo sabes tú y quien te ha visto, pero, ¿quién lo ha hecho? Te aseguro que yo no y eso es algo que no me gusta nada, ¿por qué te escondes?, ¿por qué juegas?, ¿te crees más listo que nosotros?, no me hace ninguna gracia, ¡qué quieres que te diga!, te ruego que des la cara, no me gustan nada los cobardes. 

No dudo cuando dicen que has hecho muchas cosas bien, pero has metido la pata en muchas otras ocasiones, nos has dado razón y has hecho que nos creamos los más sabios del universo, algo que te va a hacer mucho daño, te vamos a tirar de las barbas... Puede que hayas visto lo que has hecho mal, tengas miedo y te escondas, puede que te dé vergüenza entablar una conversación, al fin y al cabo, has vivido siempre sólo y eso, creas que no, influye, amigo mío.


No voy a ser el típico que llore por lo que has hecho ni voy a insultarte ni amenazarte por ello, acepto tanto lo malo como lo bueno que has hecho que tenga en esta vida, acepto tu incompetencia, oh, arquitecto celestial, pero, ¡bah!, hay gente mucho peor, ¿de qué me voy a quejar yo?, ¿de qué soy moreno en vez de rubio o de que sólo mido 1.83 metros?, ¡Qué más da!, si al final voy a acabar como el resto, no te preocupes por eso.

¡Qué quieres que te diga!, hoy ya nadie cree en ti, hoy ya nadie te defiende y eso que marcaste muchas épocas, eres un gran personaje, el más famoso de la historia, nadie lo duda, un fenómeno de masas, sí, más que tu querido amigo Maradona, que es una dura competencia. 

Me duele tanto ver como la gente deja pasar su vida y no se para a realizar las preguntas más grandes que existen dentro de nuestra especie, ¿de dónde vengo?, ¿quién soy? y, ¿adónde voy? ¿Serás capaz de respondérmelas algún día?, te lo agradecería eternamente, limpiaría los baños de El Cielo sin cobrar un céntimo por ello, sin rechistar. De momento no eres capaz de nada de eso, no te expresas o te expresas mal, incluso puede que yo no te entienda, entonces tienes que perdonarme, no voy a arriesgar todo al negro o al rojo, la ruleta no es lo mío y no quiero perder tiempo ni dinero, no me la pienso jugar, prefiero vivir tranquilo y lo qué sea, que sea, aquí estoy sin problema alguno.

El día que me quieras decir algo, no tienes más que hacerlo, ya sabes donde estoy, quiero demostrar que eres real, pero no me dejas, ¡basta ya!, ¡para de jugar como un niño!, ¡deja de hacer el idiota!, ¿por qué no me dejas defenderte?, ¿por qué no me dejas argumentar fuertemente a tu favor?, ¿acaso no eres tan perfecto cómo te pintan?, ayúdame y yo te ayudaré a ti, deja de ser invisible, hazme caso, e intenta resolver algún problema, hasta que lleguemos a ese acuerdo, quizá debería dejar de llamarte Dios y llamarte dios o ser que se esconde; aparece en mis sueños o haz algo, ¡pero ya!, tienes muy poco tiempo, amigo.

Kierkegaard dijo en su tiempo, "si me nombras, me niegas", y razón no le faltaba, colocándote un nombre, te dotamos de una serie de connotaciones y características que no te permiten ser visto, percibido o entendido de otra manera ¿Acaso te estamos negando?, ¿acaso no eres tan grande como dicen?, te deberíamos cambiar el nombre porque, ¿de verdad tú eres Dios? La razón me dice una cosa, la experiencia otra, menudo conflicto, ¿a quién hago caso? Dímelo tú, no tengas vergüenza.

Después de todo, te deseo un buen día y no te olvides de dejarle un buen sitio a Peret, que acaba de morir, ¡hasta luego, jefe!


miércoles, 27 de agosto de 2014

Bienvenidos al hormiguero.

Nos encontramos a varios metros bajo tierra, en una enorme ciudad compuesta por gran cantidad de canales y galerías trazadas con mucho esmero por unos animalitos muy pero que muy trabajadores. Una reina gigante, miles de guerreros y soldados que cumplen su mandato, obreros que no dejan de excavar y de trazar caminos, otros que no dejan ningún resto de comida por pequeño que sea, fuera del hormiguero. Millones y millones de individuos componiendo una obra maestra, haciendo que exista una sociedad que mira por encima del hombro a muchas otras. Un conjunto de animales que entregan su vida por el progreso de la comunidad, un grupo de luchadores, un grupo de trabajadores, una colonia.

Las hormigas quizás sean uno de los insectos más numerosos que existen en el planeta que habitamos, capaces de levantar 10 veces su peso corporal, forman parte de una comunidad que parece que actúa por sí misma, que parece un único y exclusivo individuo. Diferentes biólogos y estudiosos de los formícidios, han llegado a diversas conclusiones, una sería que estos seres son animales sociales, como las avispas o abejas, guardando un antepasado común con ellas, que se desarrolló para dar lugar a las anteriores en el Cretáceo hace unos 120 millones de años. Otra de las conclusiones o reflexiones que estos estudiosos han extraído de la observación de la vida de estos himenópteros, es la de que actúan de tal manera que parece que únicamente son un individuo, a esto lo han denominado como Superorganismo. Imaginemos que una colonia está compuesta por un millón de hormigas, esta misma va a funcionar como si solo fuese uno de estos insectos pero gigante, podríamos decir que este es un organismo pluricelular enorme, formado por diferentes y más pequeños organismos del mismo tipo. Esto implica que la vida de una sola hormiga por separado, no tiene casi ningún valor, pero que la vida de varias juntas es de un alto valor y produce la estructura social de la que antes hablábamos. Cada individuo realiza una tarea, unos cavan, otros atacan, otros recogen comida y otros ponen huevos, por no decir otra, la reina. La aceptación del rol por parte de cada uno es lo que hace que esta sociedad pueda mantenerse, ya que si, cada ser que la compone, no estuviera de acuerdo con el papel que ha de desempeñar, las cosas pintarían bastante feas, pero he ahí el secreto, las hormigas no se creen ni las dueñas ni las hijas bastardas del mundo, se creen lo que son, hormigas y esa es la gran ventaja de la que gozan.


El Superorganismo funciona como un reloj, está compuesto por sus agujas y engranajes que, gracias a que funcionan, permiten que el anterior utensilio también lo haga, una obra de arte. Claro que en este mundo de la naturaleza, las cosas son mucho más complejas, aunque a veces más fáciles, pues si a un reloj le falta un engranaje, deja de funcionar y necesita ser reparado para volver a hacerlo, pero si a una colonia de 2 millones de hormigas, le falta una, prácticamente el comportamiento y funcionamiento de la misma va a ser el de siempre, ya que una vida dentro de un hormiguero es insignificante. Una ejemplificación clara de lo que antes he expuesto es la de las balsas hechas de hormigas, es un fenómeno natural asombroso, que ha intrigado a varios biólogos y todavía lo sigue haciendo, si un individuo separado se cae al agua, prácticamente estará muerto, pero si varias hormigas son capaces de agarrarse unas a otras con una coordinación tal que llegan formar una balsa flotante que es capaz de repeler el agua, pueden mantenerse flotando durante días sin casi esforzarse. La balsa no es producto de acciones individuales libres, sino que es fruto de una coordinación impresionante, cuando estos insectos enlazan sus cuerpos ya no son hidrófobos sino que forman una sustancia impermeable que las protege del agua.


Muchas hormigas obreras son ciegas, no ven ni lo más mínimo y la forma que tienen de comunicarse se da mediante la expulsión de feromonas, dependiendo del tipo del que sea esta señal química, les harán saber una u otra cosa, algunas pueden comunicar peligro, otras que existe comida cerca, otras que no, etc. Podemos decir que las hormigas hablan, tienen un lenguaje que sólo ellas entienden, como nosotros el nuestro, ¿mejor o peor?, nadie podría enjuiciar esto, ellas comunican lo que necesitan, nosotros también, cada lenguaje vale para lo que vale.

Quizás Hitler y demás líderes autoritarios estaban muy atentos al mundo de estos insectos y menos al mundo de los humanos, pensando que podrían hacer lo que esta sociedad lleva realizando millones de años, luchar como si fuese un único individuo, dejando morir a los débiles y utilizando a los fuertes. Los formícidios dejaban morir a los menos aptos de forma natural, los apartaban, pero estos jefes de estado, los mandaban asesinar o envenenar en numerosas ocasiones. Ciertamente no deberíamos aplicar la mentalidad de las hormigas a nuestra sociedad y pretender que la misma se desarrolle así de la mejor manera, pues el ser humano, goza en sí mismo de mayores complejidades que nuestras pequeñas amigas, las cuales, presumiblemente no se preocupan por el ocio ni por nada parecido, no les preocupa ser libres ni nada de eso, lo único que les preocupa es vivir y que su especie viva durante muchos años. Nosotros no somos tan simples, aunque la mentalidad trabajadora y de unión y cohesión que tienen estos bichitos, es algo de lo que deberíamos aprender y mucho.



martes, 26 de agosto de 2014

Puede que sí, DISEÑO INTELIGENTE.

En nuestros tiempos existe un conflicto enorme entre el Diseño Inteligente y la Teoría de la Evolución, la cual explica de una forma relativamente sencilla cómo las diferentes especies han surgido y se han ido adaptando al medio a través de mutaciones y cómo muchas otras se han quedado en el camino, sobreviviendo casi siempre las más fuertes o mejor preparadas. A priori no parece nada descabellada e incluso puede que pensemos que está en lo correcto si observamos lo que nos rodea, animales y plantas, podemos decir que se puede estar dando esta evolución y que la misma se ha dado a lo largo del tiempo y que se seguirá dando, el problema es cuando descendemos a un mundo un poco más pequeño, por ejemplo el de los insectos y demás diminutos seres, de los cuales observamos una grandiosa perfección, al menos en apariencia. Estos mismos animalitos gozan de un funcionamiento de todos sus órganos y de su cuerpo perfecto que les permiten realizar todas las funciones para las que están  capacitados. 

Hace varios siglos, algunos pensadores y científicos, como serían Leibniz o Malebranche, incluso los teólogos racionalistas de las islas británicas, proponían que la naturaleza había sido diseñada por algún tipo de entidad sobrenatural, que en este caso sería Dios. Para algunos de ellos, este ser no era más que un matemático y un físico que fijó las constantes del universo y así permitió que todo se sucediese, pero para otros, era un ser genial, magnífico, que controlaba todos los campos del conocimiento posibles y que había diseñado de forma inteligente todo lo que existe y que seguía echándole mano cuando hiciera falta. Podríamos llegar incluso a pensar que, quienes defendían esta última postura, defendían la Teoría de la Evolución con unos matices religiosos muy marcados. Las especies evolucionaban pero porque Dios así lo quería no por azar ni por ningún tipo de suerte.


El Diseño o Designio Inteligente es una teoría seudocientífica que defiende que los animales, las plantas y todo lo que compone al universo, es producto de la intervención de un ser, sea constante o sea inicial. A este ser se le suelen atribuir características sobrenaturales y se suele relacionar con la figura de la deidad cristiana y demás, aunque puede relacionarse con un ser o fuerza ordenadora y creadora del universo de naturaleza desconocida, lo que entraría dentro de la filosofía deísta, pero últimamente, se empieza a hablar de la intervención en el desarrollo de la vida dentro de este planeta por parte de una inteligencia superior a la nuestra, que no una deidad, sino un ser o varios seres inteligentes que intervienen en el desarrollo y devenir de la vida que existía en el planeta tierra y que hacen que esta misma se desenvuelva de la manera que ellos consideren, haciendo lo que sea oportuno. Aceptar esta postura, deja algo de lado, que tendría que ver con los planetas, galaxias y el origen del universo, aquí surgiría la pregunta de quién ha creado el universo, la cual, si mantenemos este pensamiento final, no podríamos responder.

El evolucionismo tiene una serie de lagunas que son realmente incómodas para sus defensores, por ejemplo, no somos capaces de encontrar fósiles intermedios, que separan seres menos desarrollados de otros que lo están más gracias a diferentes mutaciones. En resumen, los problemas que presenta esta teoría son 5 principalmente:
  1. No hay evidencias de que el caldo pre-biótico haya existido.
  2. No existen fósiles transitivos.
  3. Aparición subita de formas complejas de vida.
  4. No está comprobado que la materia inerte pueda transformarse en material viviente mediante un proceso natural.
  5. No existen mecanismos evolutivos que puedan aceptarse como válidos.
Cada vez que levantamos la vista y miramos al cielo cualquier noche, podremos apreciar gran cantidad de estrellas, una luna y, si tenemos suerte, podremos ver algún cometa revoloteando entre las mareas cósmicas e incluso algún que otro planeta iluminado. Muchos han pensado que las magnitudes, distancias y demás peripecias espaciales, no pueden ser producto de la casualidad, es demasiado difícil, sería algo parecido a que nos tocase la lotería sin jugarla, la Tierra tiene el tamaño perfecto para albergar vida, tiene agua, está a la distancia exacta del Sol para mantener una temperatura correcta y no congelarse o derretirse, los planetas giran de una forma preciosa y perfecta, bajo mi punto de vista, al rededor de esa gran bola de helio e hidrógeno, la capa de ozono y demás cosas, cosas que nos hacen pensar que puede que aquí haya metido mano algún tipo de ser inteligente, repito, puede que...


Con el transcurso de los años, a pesar de que los científicos más materialistas y los más dogmáticos ateos intenten desbancar estas interesantes teorías sobre el origen y la evolución del universo, teorías que, son compatibles al cien por cien con el evolucionismo y que no harían otra cosa que reforzarlo, hay cosas que se escapan al azar y cosas que realmente parecen producto de una mente ordenadora, inteligente y organizadora que así lo ha querido. No tenemos certeza en absoluto de que esto sea cierto, eso sí, la religión aquí no tiene nada que ver, puede que exista este ser y puede que no, pero si existe, realmente no conocemos mucho sobre cómo puede ser o sobre lo que puede querer, si quiere algo o sobre por qué ha hecho todo esto, no es más que un conjunto de ideas con rigor y con sentido que no deberían dejar indiferente a nadie. 

El azar es mágico y posiblemente haya dado a luz a muchas cosas, la lotería es pura suerte y fortuna, ahí es donde puede estar presente este nuestro dichoso amigo, pero cuando los sucesos posibles empiezan a disminuir de una manera gigantesca, el azar comienza a desvanecerse, es lógico. La probabilidad de que haya surgido un universo cualquiera, ya no el nuestro, es de 10^-27, una barbaridad si hablamos matemáticamente, algo prácticamente imposible, por no decir que es casi totalmente lo anterior. Podría ser bastante más humilde, aceptar que no tenemos ni idea de qué o quién ha podido causar el universo y con esto quiero decir que tampoco sabemos si ha sido causado por azar, y pensar que si la apariencia de todo lo que existe es la de un diseño, puede que sea por algo, quizás sea un engaño, engaño de un diseñador maligno, quizás sea real, prueba de que existe un diseñador, o quizás no sea más que eso, una simple máscara, lo que sí, es que hay está y debemos enfrentarnos a ello, nada hay más gratificante que conocer la verdad y no resguardarse entre sábanas como el prestigioso biólogo Richard Dawkins hace en su libro, El Relojero Ciego, afirmando que a pesar de que parezca que la naturaleza está diseñada, no lo está.

Paul Dirac, premio nobel de física, nos dejó la hipótesis que anteriormente he expuesto, bastante clara y entendible:

"Parece que uno de los rasgos fundamentales de la naturaleza es que las leyes físicas fundamentales se describen en términos de una teoría matemática de gran belleza y poder, para comprenderla se necesita una norma muy elevada de matemáticas... Uno quizás pudiera describir la situación diciendo que Dios es un matemático de orden muy elevado, y que Él usó matemática muy avanzada al construir el universo."

¿Creen que puede haber un diseño? Quién sabe...



jueves, 21 de agosto de 2014

La conciencia, ¡¿el centro del universo?!

Quizá muchos de ustedes no se hayan preguntado dónde se encuentra el centro del universo, pero creo que otros muchos sí que lo han hecho. Cierto es que es difícil fijar un punto céntrico en este espacio del que se dice es infinito, pero, al fin y al cabo, no sabemos si esa característica es del todo cierta, es un misterio que de momento nos acompaña, a pesar de que existen numerosas teorías con rigor y fundamento empírico, a pesar de que existen una gran cantidad de explicaciones con respecto al tema, es muy complicado afirmar con total certeza y sin duda alguna que el universo no tiene centro y que es infinito; sí, es lógico decirlo, pero difícil, aunque no tanto, pues si el mismo está en constante expansión es coherente pensar que no tiene un punto medio, ya que, lo que en este instante es el centro, en breves instantes dejará de serlo.


Aunque el espacio interestelar sea de estas características puede que haya algo que sea su punto céntrico, aunque no físicamente sino de otra manera muy distinta, y ese algo no es más que la conciencia de cada individuo que la tenga, por supuesto. No es que ella esté en el centro del espacio infinito, más bien es su centro, ya que es capaz de hacernos sentir como los únicos elementos importantes de esta vasta obra que nos rodea y también de hacernos pensar que somos el único ser que tiene razón, el único que puede decidir y al único que nadie puede llevarle la contraria. ¿Por qué este ego tan grande producido por esta cosa tan extraña?, ¿Por qué esta sensación que a veces tenemos de que somos superiores a los demás?, ¿Qué clase de magia ronda por nuestras cabezas cada vez que realizamos juicios de conciencia y demás?, ¿Es acaso todo fruto de una simple y sencilla ilusión o hay algo más?



A nuestro alrededor, la gente está muriéndose continuamente, unos jóvenes, otros no tan jóvenes y, otros, como es normal, ancianos; es un fenómeno natural, nacemos, vivimos y morimos, es así, no le quepa duda a nadie, pero, ¿es que ninguno de ustedes ha pensado con esa fanfarronería que hace tan característica a la raza humana, que a pesar de que los otros se mueran, no va a morir? Lo he pensado hasta yo mismo en ciertas ocasiones, sentado en mi sillón, viendo las noticias en la televisión cómodamente y enterándome de sucesos en los que muere alguna que otra persona y llegando a veces a considerar que eso a mí no me va a pasar, porque soy especial, porque soy mejor, porque soy el elegido, porque soy el único que puede ser mejor que los demás, el llamado a triunfar, el que tiene una conciencia magnífica, les pasan cosas a los demás, pero ¿por qué el universo va a querer que me pasen cosas a mí, si soy el centro del mismo? Supongo que muchos, sino todos, han pensado esto alguna vez, pero, lamentablemente esto no es así, todos somos partes de algo gigante, todos aportamos nuestro granito de arena, bueno todos no, pero poder, podemos hacerlo. Somos piedrecitas dentro de una gran montaña y lo que hacemos es irla formando y solidificando todavía más, piedrecitas que, misteriosamente, toman decisiones, decisiones de tipos diferentes.


domingo, 17 de agosto de 2014

Alguien me dijo que silbar daba mala suerte.

Cierta persona me dijo un día que silbar era algo que traía malas consecuencias, algo que acercaba resultados negativos a cualquier acción que yo realizase, era un acto que no traía nada bueno consigo, pero que yo realizaba en numerosas ocasiones. Como con todas las cosas que me pasan, le di vueltas, pensé que, a lo mejor, esta persona tenía razón, ¿quién sabe?, ¿quién era yo para juzgar el conocimiento y la sabiduría de otro individuo? Quizás estaba en lo correcto, pero puede que no, aun con todo, me paré a reflexionar de forma detenida y obtuve un resultado que creo que es bastante satisfactorio.

Cuando realizaba el acto de silbar, antes de que este señor me hubiese dicho nada sobre el tema, no pensaba en que me podrían pasar cosas negativas, tampoco pensaba que podrían sucederme cosas positivas, no pensaba absolutamente en nada, normalmente, cuando lo hacía, era por la emoción que alguna canción, de la que no sabía la letra, generaba en mí. Creo que nos pasa a todos, siempre acabamos chiflando nuestro tema o pieza musical favorita, cosas que pasan, nada raro y nada malo. 


Dándole mucho a la cabeza, comencé a realizar un balance sobre los aspectos positivos y negativos que de alguna manera estaban presentes en mi vida, después de un tiempo pensando, llegué a la conclusión de que no tenía motivos para pensar que emitir esas vibraciones por la boca traía mala fortuna consigo, pero tampoco para pensar lo contrario, pues bien es cierto que en mi vida me han pasado una serie de cosas que no me gustaría que le pasasen a otro, cosas bastante negativas, que hacen daño, hacen sufrir, no son para nada agradables, pero también me han pasado una serie de otras tantas cosas que han sido sumamente positivas, aprovechables, que me gustaría que a todos le pasasen y que a mí me siguiesen pasando. 

Creo que tanto las cosas malas en mi vida como las buenas, están igualadas, equiparadas, ni mucho de unas ni poco de otras, prácticamente lo mismo, como se suele decir muy a menudo, una de cal y otra de arena, así ha ido mi vida y no tengo demasiados motivos para quejarme, claro que me encantaría que nunca me hubiese pasado nada malo y que todo me hubiese ido al dedillo, perfecto, pero no ha sido posible y por esto, me he parado a pensar, ¿si no silbase me hubiese ido bien siempre en mi vida?, ¿si no silbase estaría exactamente dónde y cómo quiero estar? No he sido capaz de responder esto, pero puede que estas preguntas tengan una respuesta lógica y sencilla, aunque puedo llegar a pensar que como he silbado a lo largo de mi vida, he tenido esos momentos malos y sino lo hubiese hecho, probablemente no los hubiese tenido, pero claro, cómo voy a viajar ahora al pasado y cancelar la primera orden que mi cerebro dio a su cuerpo de chiflar, creo que no es posible y puede que si lo hiciese, me hubiese ido bien siempre, pero no lo sé y prefiero no correr riesgos, no vaya a ser.

Ya un poco más reflexivo, ya un poco más bañado por la experiencia que la corta vida a la que estoy sujeto me va dando, me he parado a pensar que, de verdad, no hay que darle mucha importancia a esta acción, pues bien, me imagino un bebé que se muere a las pocas horas de nacer, no le ha dado tiempo de silbar y ha tenido la peor suerte posible, morir, desaparecer, no poder gozar de experiencias positivas en esta aventura que se le presentaba gracias a sus progenitores. Con esto delante no puedo darle la razón al amigo que me hizo esa advertencia, lo siento, pero con esto parece que metiste un poco la pata en el peor agujero posible, aun así, yo te tengo aprecio, pero, si silbar diese mala suerte, creo que yo ya estaría muerto...



lunes, 11 de agosto de 2014

La libertad, el regalo de la guerra.

Con una inmensa suerte, me despierto cada mañana siendo preso de este sistema, lo que me hace ser libre en cierto grado, lo que me hace sentir las barreras y los impedimentos muy lejos, lo que me hace vivir con muy pocas preocupaciones. Desde un primer punto de vista, parece el mejor regalo posible y cierto es, es el don que nos permite hacer lo que queramos pero con unos límites que nos restringen bastante poco, puede decirse que sólo condenan nuestras acciones cuando acarrean  consecuencias o resultados negativos con respecto a otros, como dijo un sabio estoico y más adelante Montesquieu, "para ser libres, hay que ser esclavos de la ley".

Durante cientos y miles de años, una gran cantidad de pueblos y comunidades han derramado sangre, sudor y lágrimas por conseguir la ansiada libertad y autonomía, por ser capaces de auto-determinar sus tierras, al grito de "¡Libertad!" u "¡Honor!", miles de soldados han muerto en diferentes campos de batalla buscando la tan ansiada gloria, esa palabra que en inglés suena tan bien, FREEDOM. Desde los albores de la humanidad ha existido la fuerza, la esclavitud y el sometimiento, en definitiva, han existido las injusticias. Muchos pueblos se vieron dominados por otros más grandes, más fuertes o simplemente más astutos, a nadie le gusta estar sometido y, bendita suerte tenemos hoy de ello en Occidente, en otros lugares no pueden decir lo mismo.


Líderes religiosos caprichosos, reyes ambiciosos y generales sedientos de sangre han causado las mayores batallas de la historia, mandando arrasar todo lo que había en el campo del enemigo, incluso ancianos indefensos, mujeres embarazadas y niños que no superaban los 5 años. Sangre, sangre y más sangre para luego someter a los supervivientes y no permitirles ejercer un derecho fundamental, el de la libertad; ninguno de ellos estaba conforme, a ninguno le gustaba estar preso, muchos prefirieron poner su vida en peligro o incluso acabar con ella antes de seguir viviendo bajo el yugo del tirano; tirano que obraba en nombre del Eterno, de Dios o de cualquier parafernalia posible. 




Cientos de miles de sometidos alzaron sus puños y blandieron sus espadas, rebelándose contra la dura opresión a la que estaban sometidos, luchando por conseguir el mayor tesoro que se le puede dar a un hombre, la libertad, hermanándose para hacerse con ella, muriendo y matando por esa noble causa. Sin duda, si por algo se puede caracterizar al ser humano y a su historia, es por la búsqueda de la libre toma de decisiones, estando presente continuamente, fíjense en el lema de la Revolución Francesa producida en 1789, "Liberte, egualite, fraternite ou la mort" 


Antes he dicho que hoy en día somos libres y que eso puede ser un don muy preciado pero que a su vez puede ser el peor lastre existente, pues si la vida de los seres humanos se mueve por tres ideales básicos que serían la libertad, la igualdad y la justicia, una vez materializados, parece que la misma deja de tener sentido o que en ella no tengamos motivos para luchar. Al estar cómodos, al vivir en un mundo aparentemente justo, en el que reina la igualdad y la libertad, no hay motivos por los que preocuparse ni razones por las que luchar, ya hemos conseguido lo que el hombre necesitaba, ¿para qué más?

El mundo sigue siendo tan o más injusto que antaño, pero de diferente forma, hoy no se cortan cabezas, hoy se burlan o se excluyen de la sociedad a los individuos que sean; primero debemos luchar por arreglar esto y, segundo, una vez conseguido todo, no nos podemos cruzar de brazos y pensar que todo el pescado ya está vendido, debemos seguir luchando para poder mantenerlo y que así otros lo disfruten.



jueves, 7 de agosto de 2014

Los elefantes también lloran.

Desde hace muchos años, he escuchado que los elefantes lloran la muerte de sus congéneres y que regresan al lugar en donde yacen sus restos. En alguna que otra ocasión, viendo algún documental sobre estos enormes mamíferos, pude ver parte de este ritual y observar como desde el ojo de un coloso paquidermo caían varias lágrimas. Cuando estos gigantes van a morir, son conscientes de ello y no se sabe porque extraña razón, se dirigen hacia el agua, qué casualidad, el agua, que moja (véase El agua; lo bueno puede ser malo y lo malo, ser mejor, http://elsillondesuini.blogspot.com.es/2014/07/el-agua-lo-bueno-puede-ser-malo-y-lo.html).

Cuando queremos sentirnos mejores que el resto de animales, afirmamos que somos los únicos con conciencia y capaces de darnos cuenta de las cosas, sobre todo de que morimos, gran error, pues estos gigantes también lo hacen y no son los únicos. 


Aparte de engrandecer la figura de los elefantes al desarrollar todo lo anterior, aparte de elevarlos un escalón en la pirámide de la importancia y la intelectualidad que nosotros, los seres humanos, fijamos de forma injusta, si estos paquidermos son capaces de darse cuenta de cuando dejan de existir en este mundo, son capaces de darse cuenta de que existe un período desde que nacen hasta que mueren, de que existe una vida por la que todos pasan y todos dejan antes o después. ¿Creen ustedes que los elefantes piensan que puede existir una vida después de esta?, ¿creen que lloran por la compañía que le han hecho sus congéneres en un pasado y en el fondo se alegran por la vida próspera que les espera más allá de la muerte?

Si estos animales tienen esa auto-conciencia de la que los seres humanos tanto alardeamos, creo que es bastante lógico pensar esto y podríamos hasta pararnos a considerar si los elefantes tienen creencias religiosas y de qué tipo, pues si esto fuese así, ¿serían semejantes a las nuestras o absolutamente diferentes? Sería interesante saber el mundo post-mortem en el que estos gigantes de cuatro patas creen, si es que lo hacen, por supuesto. Se imaginan lo gratificante que sería que no sólo nosotros fuésemos capaces de creer en la permanencia de algo en los seres vivos después de la muerte y de tener creencias metafísicas, místicas o espirituales, así como experiencias del mismo tipo. Esto todo es una suposición, pero si ciertamente, los elefantes pudiesen tener estas experiencias, sería fabulosa la pluralidad religiosa y metafísica, y las posibles implicaciones que esto tendría, serían realmente llamativas, ¿se imaginan una iglesia o un templo para elefantes?, ¿tienen alguna idea de cómo sería la forma de rezar de estos grandes animales?



Como cierre, me gustaría abordar una incógnita tan importante como antigua y que ha traído quebraderos de cabeza a muchos y a otros tantos. Si nosotros tenemos creencias metafísicas y religiosas, los elefantes también y, posiblemente, otros muchos animales, ¿cómo podemos saber de dónde vienen las mismas?, ¿son producto del azar, la evolución y la necesidad para poder darle sentido a una vida o hay algo más, algo sobrenatural, que haga que se den? Puede que una cosa se dé por casualidad, dos ya es difícil, pero puede ser, tres ya está casi descartado, pero bueno, ¿quién sabe?, ¿será este el caso que confirma la excepción o estará realmente causado por esa chispa mágica de la que tantos hablan y que tantas creencias sustenta?




martes, 5 de agosto de 2014

Los "zombies" nacen para competir y tienen dueño. (Educastrados) 2ª parte.

Somos cómo somos y admiramos lo que admiramos por como hemos ido siendo educados y por como gran cantidad de datos, que no información, están bombardeándonos de forma continua, ¿somos libres y responsables o no somos más que el producto defectuoso de una sociedad que busca una prosperidad muy mal comprendida? Este es un tema sobre el que podríamos escribir ríos y lagos de tinta pero, que en definitiva, no llegaríamos a una conclusión limpia totalmente. 

Nadie puede dudar de que estamos siendo educados de una forma muy mecánica , que no nos enseña a responder a diferentes estímulos en diversas situaciones. En la escuela nos enseñan a sumar 2+2, pero no a sumar dos manzanas y otras tantas para así obtener cuatro unidades de las mismas. No podemos llamar educación a lo que está encima de nosotros durante los años más plásticos de nuestra vida, sino que, más bien, es un adoctrinamiento, una repetición constante de operaciones que en el fondo no nos van a ser útiles para casi nada, siendo muy optimistas, pero este no es el peor de los defectos, la metedura de pata no es que no nos enseñen a ser personas y a relacionarnos con nuestros congéneres, sino que, más bien, es que hacen que todo nuestro trabajo y esfuerzo se mida por una nota en un examen aislado, ¿quién es tan atrevido como para poner un 4 en un examen a un chico que lo ha estado preparando durante 3 meses y 5 horas al día? Claro que la prueba puede salirle mal, pero el chico seguramente controla mejor la materia que otro que ha sacado un 8 estudiando dos semanas y, casi seguro que también le sabrá dar mucha más utilidad en su vida. Estamos destruyendo talentos, destrezas y sueños desde la edad más temprana de las personas, podríamos aprovecharlas de manera productiva para la sociedad, pero trazamos una línea, la cual tenemos que seguir si queremos ser alguien en la vida, sino estaremos fuera de lo único que es importante, la Sagrada Línea


Que centremos el trabajo y el esfuerzo de los estudiantes en una nota, no es sólo injusto, sino que hace que los niños tengan una competitividad extrema, espantosa y agresiva que no los permite convivir pacíficamente y les hace estar continuamente luchando por ser mejores que quien tienen a su lado y obsesionados con lo mismo, daríamos todo por superarlos y los envidiamos de manera enfermiza cuando las cosas les van bien o incluso mejor, he aquí la falta de valores de la que hablaba en la primera parte y anterior (Hay más "zombies" de lo que parece y casi ninguno come cerebros. (Infectados) 1ª parte., http://elsillondesuini.blogspot.com.es/2014/08/hay-mas-zombies-de-lo-que-parece-y-casi.html), el fin justifica los medios, ¿de verdad merece la pena hacer cualquier cosa para conseguir un objetivo?, ¿realmente es necesaria esta competitividad inhumana?, ¿necesitamos fijarnos en otros para superarlos y así darle sentido a nuestras vidas?


Todo lo que anteriormente he citado, todos los efectos en la vida de los niños en el colegio de los que he hablado, se dan más alarmantemente en la vida de las personas adultas, a uno le va bien, el otro lo envidia y quiere superarlo, haciendo lo que sea, eso sí, a sus hijos les hace poco caso, él sólo quiere adquirir más riquezas que el otro individuo. Una vida vacía, necesitada de la vida de otro y esa a su vez, de otro, claro que todos venimos al mundo y vivimos gracias a otras personas, pero no gracias a que uno se compra un coche y otro, muerto de envidia, quiere hacerse con uno mejor.

Nada de esto es natural, nada de esto es normal, esto no tiene que ser lo correcto y creo, humildemente, que no lo es, es lo que hay. sí, pero, ¿por qué?, porque conviene, ¿a quién?, a nosotros por supuesto que no, pero a los que están arriba, a los grandes jefes, a los que "mandan", les encanta, gozan viendo como nosotros, estúpidas ovejas sin cerebro, luchamos para, en el fondo, aumentar su riqueza. 


Todavía no nos hemos dado cuenta, algún día despertaremos, nunca es tarde para tomar la píldora roja y aceptar la realidad aunque sea dura, para dejar de lado la píldora azul, que no hacía más que alargar nuestra estancia en un sueño profundo, en una fantasía que, en este caso, se tornó hace mucho tiempo en pesadilla.


domingo, 3 de agosto de 2014

Hay más "zombies" de lo que parece y casi ninguno come cerebros. (Infectados) 1ª parte.

Puede que muchos piensen que estoy un tanto loco al titular de este modo la entrada que estoy escribiendo, pero, los "zombies" están ahí fuera, en todas partes y todos estamos rodeados de ellos, lo peor del caso es que puede que nosotros formemos parte de ese colectivo y, tristemente, no seamos capaces de darnos cuenta.

Figura mítica del cine de terror a finales del siglo XX y a principios del XXI, el cual estamos viviendo, personajes que cada vez han cobrado un mayor peso tanto en la industria fílmica como en la de vídeo-juegos, seres infectados por alguna bacteria que campan por las ciudades infectando a otros seres y buscando cerebros para así poder alimentarse, sin capacidad de raciocinio ni de tener conciencia, organismos con fuerza sobrehumana capaces de mil peripecias para poder alimentarse, pero, eso sí, sumamente torpes. Llamados en numerosas ocasiones muertos vivientes y presentes desde hace siglos en la cultura haitiana, probablemente esta figura moderna del devorador de cerebros haya surgido de ese país, en el cual, según varios relatos, al ingerir una bacteria que se encontraba en el cerebro de un pez, la voluntad del individuo se anulaba por completo, convirtiéndose en una marioneta que cumplía órdenes del primero que se las diese, haciendo caso omiso del mismo. Escopolamina, sales de baño y demás sustancias producen el mismo efecto y/o peor que la anterior bacteria y esto es extremo en el caso de la segunda sustancia citada, la cual aumenta de forma alarmante la temperatura del cuerpo de quien la consume y multiplica su fuerza considerablemente, siendo el consumidor incapaz de controlarla, por si fuese poco, genera comportamientos canibalistas.




Existen multitud de casos relacionados con las sustancias de las que antes hablé y rozan lo impresionante, pudiendo estar dentro del guión de cualquier película de holocaustos "zombies" de Hollywood. Los anteriores muertos vivientes, presentes muy poco en nuestra sociedad, con algún que otro caso aislado, uno entre un millón y proporciones semejantes, es cierto que causan un gran revuelo y que pueden alarmar a muchas personas, véase el caso del gobierno estadounidense, capaz de desarrollar un plan anti-zombies serio por la repercusión de este fenómeno en nuestra cultura desde finales del siglo pasado, pero lo verdaderamente aterrador y lo que a mí me hace temblar, no son estos devora-cerebros, sino que son otros seres, los cuales ya tienen el cerebro carcomido y a punto de desaparecer y que no se han dado cuenta, ni les ha dado tiempo. Es cierto que el capitalismo ha traído consigo una serie de mejoras considerables, es cierto que vivir un poco mejor de lo que podemos es muy agradable y también es cierto que vivir con la única preocupación de ver si una luz se ha encendido en nuestro móvil o no, es muy cómodo y no es demasiado trabajoso. Internet ha sido una cuna de mejoras que han facilitado muchísimo la vida de los seres humanos, desde compras en línea hasta correos que permiten enviar mensajes desde una parte del globo a otra en cuestión de décimas de segundo, no podemos negar que la publicidad nos permite conocer los productos que nos convienen y los que no, pudiendo elegir así entre cuáles comprar y cuáles no y cuánto comprar de cada, hasta aquí todo parece reluciente como el oro más limpio jamás encontrado, pero como todos sabemos, no es oro todo lo que reluce y todos estos avances han traído consigo unas consecuencias tan negativas que son extremadamente devastadoras:


1) Falta de iniciativa; estamos tan influidos por todo lo que nos rodea y por las entidades y personas "superiores" a nosotros, que somos incapaces de tomar la iniciativa y proponer algo diferente a lo que todas las ovejas del rebaño de la sociedad siguen y aceptan.

2) Falta de ambición; estamos tan cómodos y con nuestras necesidades tan bien cubiertas, que no nos pica la curiosidad por intentar saber más o por buscar nuevas y diferentes formas de ver y entender las cosas.

3) Falta de autoestima; no creemos ni consideramos las posibilidades que cada uno de nosotros tiene en la vida ni las cualidades que tengamos o que podamos llegar a desarrollar. Creemos que existen unas personas mejores que el resto y que las demás no sirven para nada, creemos que las personas nacen y no se van haciendo por el camino.

4) Ignorancia y soberbia; creemos que todo lo que sea diferente a lo establecido, es raro, no puede llevarse a cabo o está mal y todo por eso, porque es diferente a lo que los organismos sociales o las modas han establecido a lo largo de los años, si fumar estuviese bien visto socialmente, no fumar sería algo que está mal. No porque algo sea nuestro es mejor y tampoco porque sea de otro tiene porque ser peor, existen muchas maneras de ver las cosas y de hacerlas, ni mejores ni peores, sino diferentes y dependiendo la situación, puede triunfar una u otra.

5) Individualismo; no nos preocupamos ni lo más mínimo por el que tenemos a nuestro lado, siendo capaces de mentir sobre cualquier cosa para así podernos salir con la nuestra, siendo capaces de decir cualquier cosa, de rebajar nuestra dignidad para no perder la "amistad" o el cariño de una persona, preocupados únicamente por nuestra circunstancia, queriendo sacarla adelante de cualquier manera, sin importar hacer daño a quienes nos rodean.

6) Pereza; estamos muy cómodos sentados en nuestro sofá comiendo patatas fritas de bolsa, viendo como se matan personas a disparos en nuestro televisor y gozando de esa situación, estamos tan bien, que levantarnos de nuestros aposentos es más costoso para nosotros que 15 días siendo asfaltadores en pleno mes de agosto en Valencia. Nada nos mueve del sofá, a no ser que, claro, tengamos que reponer nuestra bolsa de patatas o tengamos tantas ganas de orinar, que ya estemos incómodos y no nos quede otra.

7) Agresividad; cualquier opinión diferente a la nuestra está equivocada, no sirve para nada y cualquiera que quiera hacernos cambiar de parecer será considerado como el Anti-Cristo, vociferaremos en su contra, llegando a agredirlo si es necesario para que de una vez por todas acepte mi opinión, única e indubitable.

8) Amor a lo que no se debe amar; La televisión, la radio e Internet han permitido que existan super-estrellas y que nosotros seamos fans enfervorizados de las mismas, llegando a amarlas, llegando a considerarlas más importantes que nuestras propias vidas, llegando a santificarlas, a considerarlas como semidioses o algo por el estilo, alabando su trabajo más que ningún otro, por el hecho de que salen en la televisión y son simpáticos, aunque lo único que hagan sea rascarse los pies. Nuestra existencia orbita en torno a estas grandes estrellas y cuando desaparecen o sufren, todo en nuestra vida se torna oscuro y estamos sumidos en el más profundo caos.


Móvil, televisión, ordenador, máquinas que han llegado al punto de controlarnos y de lo cual, nosotros no somos conscientes y ese es el peor mal que está azotando a la sociedad. Personas sin expectativas en la vida que dejan pasar el tiempo mientras ven basura en la televisión, mientras ven realities de los cuales no podemos sacar nada provechoso y que tienen un argumento y una finalidad extremadamente pobre, rozando lo absurdo. Una grave enfermedad que muchos tenemos es que admiramos a las personas que hacen el paripé en la televisión y cobran un buen fajo de billetes por ello, en el fondo, queremos ser como ellos, queremos ganar dinero sin dar un palo al agua y contando chismorreos en la caja tonta. La publicidad es algo que puede ayudarnos a la hora de decidir al ir a comprar ciertos productos, pero actualmente está haciendo mucho daño, dirigiéndose cada vez a personas más jóvenes, las cuales no tienen una personalidad desarrollada del todo y no pueden, en muchas ocasiones, diferenciar qué es la ficción y qué es la realidad. Los anuncios emiten imágenes muy distorsionadas de la realidad y nosotros las percibimos, creyendo que vamos a ser mejores si nos hacemos con el producto publicitado, creyendo que si nos echamos una colonia X, todas las mujeres se nos acercarán y que si comemos una hamburguesa con queso, seremos más guapos o la gente se fijará más en nosotros. Anuncios absurdos pero que nosotros tragamos y que nos influyen de manera notoria, haciendo que consumamos y al cabo de un tiempo, sintiendo que lo que tenemos ya está anticuado, aunque no lo esté, volvamos a consumir y así sucesivamente, entrando en una cadena de más, más y más de la que es muy difícil salir, entrando en una dinámica consumista de la que los peces gordos de esta sociedad son los máximos culpables, sintiendo la enfermedad que nos hace comprar y comprar más cosas para llenar un vacío que se ha ido produciendo en nosotros a lo largo de nuestras vidas debido a todas las ideas que nos han metido en la cabeza, por culpa en gran parte de la educación y del ejemplo que dan los educadores, mandar una cosa pero al final hacer otra (véase El vacuo ejemplo y el camino recto,http://elsillondesuini.blogspot.com.es/2014/06/el-vacuo-ejemplo-y-el-camino-recto.html).

Imagínense que pensaría Galileo si volviese de entre los muertos o, incluso, que pensaría Newton o Einstein al ver todo lo que podrían ver hoy, seguramente se preguntarían, ¿para qué he movido un dedo sino he conseguido nada?, ¿ha merecido la pena?...