miércoles, 16 de julio de 2014

Reflexiones cuando me pica un pie

Que me pique un pie es algo normal y muy simple, algo que le pasa a todo el mundo, feos y menos feos, ricos y pobres, buenos y malos, a todos ellos les ha picado, al menos una vez en su vida. Los factores son muy numerosos, quizás un mosquito, tábano o abeja nos ha pinchado con su afilado y malévolo aguijón, quizás alguna pelusilla está paseando por él, o quizás, tenemos una herida con su costra ya a punto de desprenderse. Puede que tengamos hongos o varicela, cualquier cosa, eso sí, a todos nos ha pasado, siendo pesimistas, en al menos, una ocasión.

Los curiosos necesitan saber el por qué de las cosas y, por tanto, para conocer la causa del picor de alguna de sus pezuñas, deben conocer el entorno y conocerse a sí mismos, aparte de emplear en alguna ocasión la famosa Navaja de Ockham , la causa más sencilla es la presumiblemente acertada. Debemos saber dónde tenemos los pies, el clima del lugar, los insectos que puedan sentirse atraídos por nuestras extremidades inferiores y los corpúsculos de polvo o diferentes componentes que floten en nuestra cercanía. Cuando tengo la sensación de picor, miro hacia la zona afectada y a la vez me rasco, intentando solucionar esa circunstancia; si al mirar no veo nada extraño, descarto que el pie me pique por castigo y obra divina, uso el cerebro, que para algo lo tengo. Después de observar y descartar diferentes hipótesis, me fijo con más detalle en mi pie y observo una zona roja, irritada, he ahí el conflicto, esa irritación en la piel ha causado en mí ese escozor.


Por tanto, como a todos nos pican los pies, en cierto modo, todos tenemos características iguales y, por ello, somos semejantes al menos en ese aspecto. Uno podría ser rico y tener 7 coches, 4 casas y una piscina de 300 metros de longitud, pero aun así, en cualquier momento le picará un pie. Otro podrá ser pobre y vivir dentro de un barril como el entrañable Diógenes y también le pasará lo mismo. La vida es así, todos nacemos, todos necesitamos comer y lo hacemos, muchos nos reproducimos para que la especie sobreviva y siga con este ciclo, a todos nos pican los pies a no ser que no tengamos, y todos estamos destinados a morir, eso sí, una vez muertos, nunca vamos a sentir picazón en nuestras evolucionadas pezuñas, porque, por suerte o por desgracia, no sentimos, y este es otro aspecto importante, ya que al estar vivos, sentimos, padecemos y experimentamos, por tanto, si y solamente si estamos vivos nos pueden picar los pies.

En definitiva, somos iguales porque padecemos ese hormigueo en nuestros pinreles, ni reyes ni futbolistas dejan de padecerlo, por ventajas sociales y económicas que tengan. Somos humanos porque sentimos picazón en esa parte de nuestro cuerpo y cuando dejamos de serlo, al morir, no sentimos nada; alégrense, si algo nos escuece es porque estamos vivos y eso ni con todo el oro del mundo puede comprarse. Y, aunque parezca una chorrada, si nos pican los pies, somos filósofos, descartamos las causas más improbables, las máscaras de la realidad, para luego, razonando y observando, conocer el por qué del asunto, aparte de tomar la decisión más adecuada, con más pros y menos contras, que en este caso suele ser rascarse. ¿Todavía piensan que sentir picor no es relevante?


No hay comentarios:

Publicar un comentario