lunes, 21 de julio de 2014

El agua; lo bueno puede ser malo y lo malo, ser mejor.

El petróleo está considerado en nuestra sociedad como el líquido por excelencia, del cual depende gran parte de nuestra actividad y vida, gomas, plásticos, combustible e incluso ropa, son componentes que podemos sacar de él. Impresionante lo que estos restos de seres vivos pueden hacer y lo que significan para nosotros; hay petróleo, hay poder, no hay petróleo, no hay poder. Pero el oro negro no es el líquido por excelencia en el planeta tierra, ni es el más necesario para nuestra especie, la humana. Existe otro capaz de dar vida y a la vez de quitarla en un suspiro, es el agua, H2O, un fluido esencial e insustituible en la vida de los seres humanos, compuestos en un 80% de esta sustancia y que han de estar bebiéndola durante cierto tiempo para no deshidratarse y no llegar a morir prácticamente disecados en los casos más extremos.

El agua, entre otras muchas aplicaciones, es útil para lavarse, para asearse, para tener un aspecto presentable, para expulsar las impurezas y suciedades que se hayan podido aposentar en alguna parte de nuestro cuerpo, y esto, aparte de permitir que seamos más atractivos, permite que nuestra vida sea más saludable, aumentando la higiene y alejando una gran cantidad de enfermedades. Entonces, el agua no solamente es donadora de vida sino que también es capaz de permitir que nos mantengamos con ella y útil para alargarla. A algunos les parecerá una tontería, pero ahora mismo, después de estas tres ventajas que este líquido aporta, lo veo bastante más importante que cualquiera de las cosas a las que estamos haciendo referencia continuamente; gastronomía, fútbol, música, moda, etc. El H2O es mucho más que eso y, aparte, es capaz de estar dentro de todo eso, cualquier comida que preparemos e ingiramos se compone de agua, aunque sea en una parte minúscula, los campos de hierba en los que se juega al balompié son regados también con esta sustancia, sin tener en cuenta la cantidad de sudor que los jugadores derrochan, sudor que está compuesto en gran parte por, adivinen, agua. Aunque no estemos continuamente haciendo referencias a este zumo transparente, incoloro e insípido, él las está pidiendo sin cesar, no cesa de gritarnos al oído, ¡Estoy aquí, hazme caso! Se esparce por todas partes, pero es tan inteligente que a la vez parece que no está en ningún sitio, fuente de todo, vida y muerte, permanece en la sombra, sin ser considerada como debería. Si galardonamos a estrellas, científicos, escritores, médicos y demás por su trabajo, ¿no deberíamos de galardonar al agua con el mayor reconocimiento posible?, ¿no deberíamos pararnos a pensar, de vez en cuando, que todos los que estamos aquí, los que hemos estado y los que vamos a estar no somos más que el fruto del trabajo de un líquido que no deja de moverse, el bendito agua?


¿Quién es capaz de dudar del poder de este magnífico fluido?, ¿Quién es capaz de dudar de todo lo que ha hecho por nosotros esta mágica sustancia? La mejor y peor especie que existe en este planeta, la especie humana, los hombres y las mujeres. Capaces de considerarse el tope en cualquier escalón evolutivo, capaces de considerarse los amos y señores de la tierra, actitud atrevida como mínimo. Grandes economistas y especuladores piensan que pueden poner precio al agua y pueden hacer de ella una posesión del hombre, los litros que caigan en este parcela son míos, es decir, todo lo que vaya a llover dentro de esta zona es mío y no de mi vecino. ¿Quienes se creen estos pintorescos personajes? Ya no es que le pongan precio al agua existente y que hagan que el H2O que esté en un sitio u otro pertenezca a personas diferentes, sino que son capaces de fijar las gotas que van a caer sobre un lugar y fijar una cantidad de dinero sobre cada una de ellas, las cuales son imaginarias, de momento no existen y son fruto de un cálculo a priori que puede resultar catastrófico y ser totalmente diferente a lo imaginado, eso sí, ya están vendidas, sino caen sobre tu parcela, mala suerte, pero el dinero está en mi bolsillo. 

Lo peor del asunto, es que estamos contaminando este oro líquido y transparente día tras día, con químicos y demás; polución de diferentes fábricas y talleres, gases, jabones y más diversas sustancias nocivas, todos los días cayendo sobre diferentes caudales de agua, estropeándolos cada vez más, haciendo que especies animales tengan que cambiar de lugar de residencia en el mejor de los casos y haciendo que sean capaces de adaptarse y desaparezcan.Contaminamos lentamente nuestra propia vida, en el Océano Pacífico existe una acumulación de plásticos enorme, los cuales son capaces de formar verdaderas islas del tamaño de la India, que por donde pasan, arrasan y que podemos ver incluso desde fuera de nuestro planeta, el agua cada vez se hace menos apetitosa y cada vez está más envenenada, hoy en día todavía podemos tratarla para hacer que sea apta para el consumo humano, pero llegará un punto en la historia de la película de la Tierra en que no pueda hacerse esto, por dos motivos muy claros, por falta de la misma, ya que el calentamiento global hace que mucha desaparezca, y por la extrema contaminación de la misma, llegada a tal nivel que seamos incapaces de tratarla, ese día, aparecerá el típico oportunista y mencionará las palabras mágicas: "ya os dije que el agua es muy buena, que nos da vida, que nos permite mantenerla, pero que cuando nos cruzamos en su camino, ya sea accidentalmente, como en un naufragio o permaneciendo perdidos en medio de una tormenta marítima, o bien, de forma  intencionada, contaminándola de la manera que lo estamos haciendo, nos castiga de la peor forma, haciendo que nos destruyamos con nuestra propia medicina, comiéndonos nuestra propia basura."


Espero que podamos seguir diciendo todos los días que el agua moja, el cielo es azul, y las mujeres..., las mujeres tienen secretos.

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