Si sabemos todo, si
somos perfectos, ¿para qué venimos al mundo? Para nada. No tenemos inquietudes,
hemos alcanzado todo, nuestra meta ya está marcada antes de que pensemos, no
tenemos fallos que corregir. El suicido sí que estaría justificado si fuésemos
perfectos; que aburrimiento, no tendríamos que aprender leyes, conceptos y
demás. Sinceramente, yo me suicidaría en el caso de ser perfecto, me encanta
esta imperfección, la cual es capaz de imaginarse y desarrollar cosas
perfectas. Si somos dioses sin fallos y sin preguntas porque todo lo sabemos y
todo lo podemos, es mejor que decidamos quitarnos de en medio para que otros
aprovechen lo que yo ya no puedo aprovechar porque soy superior a toda
circunstancia posible.
George Eastman, el
fundador de Eastman Kodak Company e inventor del rollo de película, el 14 de marzo de 1932,
considerando que había alcanzado su meta y perturbado por enfermedades
degenerativas que le impedían andar, escribió antes de suicidarse: “To
my friends; My work is done. Why wait?”
Sí, sin duda había llegado a la perfección de su obra bajo su percepción y así
decidió quitarse la vida, ¿Para qué esperar? Sinceramente, si somos perfectos,
no vale la pena.
Somos y nadamos en un
mar de dudas, de incógnitas y de inquietudes; somos un accidente, posiblemente
sí, pero un accidente dudoso, un accidente al que le han dado el mayor don que
los dioses o la naturaleza o cualquier entidad por rara y pintoresca que
parezca puede dar, la pregunta y la razón. Quizás no seamos perfectos, quizás
hasta que nos muramos no cesemos de preguntarnos cosas, puede que lo que yo considero como “todo para nosotros” sea la duda y el insaciable anhelo de saber del ser
humano y el “para nosotros nada” sea la incapacidad de plantearse preguntas y
de buscar respuesta, sea la incapacidad de darle sentido a la existencia, sea
la manía de caer en la apatía, el dogmatismo o el nihilismo. La verdad está ahí
fuera, delante de mis narices, no se esconde, pero los medios de los que
disponemos son escasos y debemos mejorarlos, para ello, lo primero es
preguntarnos: ¿estamos haciéndolo bien?, ¿en qué podemos mejorar? Así
llegaremos a ser mejores que los humanos que nos han precedido y haremos que
los venideros nos superen, pues no hay mayor satisfacción que ver como un
alumno supera a su mentor.
Atrévete a saber decía
Kant; Atrévete a equivocarte decía Hegel. Atrévete a preguntarte y harás las
dos cosas anteriores. La vida tiene sentido y el sentido se lo dan todos y cada
uno de ustedes; por favor, no hagan como Eastman, en
la vida hay maravillas, pero debemos buscarlas y encontrarlas. Los físicos
dicen que debemos formular a los átomos preguntas oportunas para obtener
respuestas adecuadas, y así haremos en la vida. Situaciones oportunas para
obtener resultados adecuados.
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