lunes, 23 de junio de 2014

Usted no es un genio, yo menos, pero lo intento

Hace una gran cantidad de años, lunares o solares, no importa, los hombres y las pocas mujeres, por desgracia, que tenían acceso al estudio, el aprendizaje y el saber, se interesaban por todas y cada una de sus partes, sin limitarse exclusivamente a una. Así, Pitágoras, Tales de Mileto, Euclides, Aristarco de Samos y, el más famoso, Arquimedes, no se centraban en una única parcela del saber, sino que intentaban comprender, con un resultado bastante aceptable, todos los aspectos de las diferentes disciplinas existentes y trataban de realizar todos los estudios posibles sobre las mismas. No existían los filósofos, existían los genios, los iluminados, los afortunados y los tocados por la varita mágica; los pensadores de estos tiempos no sólo escribían y divagaban sobre una disciplina exclusivamente, sino que lo hacían en varias de ellas, por ejemplo, no sólo hacían caso a la filosofía, también a la filología, la mecánica, las matemáticas...



El caso más destacable es el del gran Arquímedes, capaz de construir armas de asedio o El tornillo, que viene acompañado de su propio nombre. Capaz de utilizar diferentes métodos de cálculo, hasta el momento, inverosímiles. Fue quien de aproximarse de manera muy exacta al número Pi y quien de desarrollar un principio, que no hace más que explicar, entre otras cosas, porqué los barcos flotan. Sí, se lo ha trabajado mucho y más, nadie lo duda.


Otro gran genio, ya mucho más cercano en la historia, fue el ilustre Leonardo di Ser Piero de Vinci, casi nadie. Pintor, anatomista, arquitecto, botánico, escritor, ingeniero, escultor, músico, poeta, filósofo y científico, entre otras muchas profesiones. Persona que desarrolló ideas muy adelantadas para su tiempo y que acabaron dando lugar a inventos "recientes" como el helicóptero, el submarino, etc. Fue capaz de construir robots, sí, autómatas de madera que se movían por sí solos. Y en el ámbito del arte, con tan  sólo hacer mención a La Gioconda, creo que sobran los adjetivos y cualquier posible descripción. Otro que también ha trabajado de manera intensa, pero con gusto, eso sí, en fin, un fenómeno.


Con el paso del tiempo, nos hemos ido alejando de la idea de que el verdadero sabio es el que intenta saber todo lo que puede y nos hemos ido separando y especializando en múltiples disciplinas; matemática, geometría, filosofía, ética, hermenéutica, estética, medicina, embriología, traumatología, botánica, ginecología, biología, economía, zoología, geología, mineralogía...

Cada uno se centra en una única cosa y estudia y trabaja sobre la misma. Bien es cierto que la profundidad de los estudios anteriormente no era tan honda como hoy en día y también que cada uno tiene unas capacidades que ha de aprovechar, pero a decir verdad, es más sano, gratificante, fructífero y mejor, saber un poco de todo que mucho de casi nada. No estoy en contra de que las personas se especialicen en diferentes campos, pero sí en que se encierren en ellos y que sean totalmente ineptos e inútiles en otros:

"- ¿Existe Dios? + Ah, ni idea, yo sólo puedo opinar sobre agujeros de gusano, sólo sé de eso.
-¿Qué piensas sobre los musulmanes? + No puedo opinar, sólo conozco la teología cristiana católica."

Lanzo una pregunta, que dudo que muchos la lean o le intenten dar respuesta, pero que ha surgido en mí de forma espontánea, después de todo lo escrito y reflexionado, después de ver que sí, sabemos muchísimo de una pequeña facción del universo y nada del resto, ilógico, absurdo, pues tenemos bastantes más medios que anteriormente, internet, enciclopedias, guías, diccionarios, documentales... ¿Por qué nos cerramos de esta manera? ¿Por qué nos castramos desde pequeños? ¿Por qué un "tú, a labrar la tierra" y un tú, a leer libros? ¿Por qué no intentamos que todos podamos hacer de todo? Yo no lo sé, ¿alguien lo sabe? 



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