Algunos dicen
que somos el único ser cultural y realmente están equivocados, quizás seamos el
ser con la cultura más desarrollada y más complicada de todas, pero no por eso
somos el único que la tenga ni somos el ser superior. La cultura no es más que
el conjunto de pautas o conocimientos adquiridos a lo largo de nuestra vida de
forma no instintiva para poder responder a las situaciones que se nos
presentan. La forma de adquirir estas pautas no es otra que el aprendizaje o la
imitación. Gran cantidad de estudios avalan que no somos los únicos seres
culturales, pues muchos primates, como chimpancés o gorilas son capaces de
adquirir estas pautas que la naturaleza no introduce en sus genes. Un caso
llamativo es el de un grupo de monos en Japón que eran capaces de utilizar sus
facultades intelectuales y aplicarlas al entorno que les rodea y así, recogían
patatas e iban al río a lavarlas para que les supiesen mejor o para lo que fuese.
Esta conducta es aprendida y ha sido enseñada de padres a hijos mediante la
repetición y la imitación de cómo se ha de realizar el proceso de lavado de las
patatas en el río; dentro de la estructura genética de estos monos no va
escrito cómo tienen que limpiar las patatas, por tanto esta forma de actuar es
totalmente cultural, definiendo la cultura como lo que antes dije. A alguno se
le caería la baba y a otros muchos se les cerraría la boca, no somos los reyes
del mambo, tenemos capacidad racional, muy bien, pero, esa capacidad no sólo
nos hace sentirnos por encima sino que muchas veces nos hace estar por debajo y
tratar a los demás seres como meros utensilios para nuestra satisfacción.
El
antropocentrismo,
el especismo,
el egoísmo e
incluso el etnocentrismo,
hacen que la vida sea muy diferente y mucho más complicada de lo que debería
ser. Antes había un Dios, hoy hay cientos de millones y no son más que cada uno
de los seres humanos habitantes del planeta, con un ego tan grande que se creen
capaces de hacer y considerar todo lo que quieran. Las personas explotan el
medio de manera descontrolada, sin
importar que un día nos quedemos sin recurso alguno, la falta de
sensibilidad con el medioambiente es gigantesca; pues a estos “entes
racionales” les importa más tener un anillo bañado en oro que gozar de una
naturaleza pura y de un medioambiente limpio y sostenible, podemos decir que el
ser humano normalmente se rige por intereses privados, es decir, únicamente
busca su beneficio sin pensar en las repercusiones que pueda traer; casi
siempre busca enriquecerse económicamente o acumular la máxima cantidad de
bienes materiales posibles.
Muchos se
respaldarán en el progreso para realizar las mayores perversiones y atrocidades
jamás vistas por el universo. Grandes masacres, tala indiscriminada de bosques,
exterminio de especies animales, manipulación y destrucción del medio,
adaptación de la naturaleza a nosotros. Realizando todo esto, lo que buscan es
el progreso, pero no un progreso cualquiera sino un progreso ilimitado, con un
destino que nadie es capaz de ver ni de fijar, un progreso que hace mucho
tiempo dejó de ser sano y dejó de ir hacia arriba. Somos seres capaces de
perforar la tierra y hacer las más complejas piruetas para poder extraer un
líquido negro y viscoso, el cual es nuestro sustento de vida, pues gran
cantidad de materiales que empleamos y la mayor parte del combustible que
gastan nuestros vehículos proceden de un proceso de transformación y
refinamiento del mismo. Si nosotros somos buenos y somos los más cercanos a la
perfección, no me puedo imaginar cómo serán los menos perfectos. Creo que somos
el peor intruso y el peor parásito que la Tierra ha albergado, pero aun así, somos un ser
envidiable y capaz de realizar actos inverosímiles para lo débil que
aparentamos y lo salvajes que hacemos que nos perciban.
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