miércoles, 20 de enero de 2016

El rayo que despertó a Lutero

     Dudo que Martín Lutero, el que provocara ese cisma en la Iglesia Occidental hace aproximadamente 500 años, necesite algún tipo de presentación. Hombre devoto y comprometido con la palabra de Cristo, pero escéptico con respecto a la autoridad y la necesidad del Papado y la institución eclesiástica que no hacía otra cosa que dirigirse como una de las mayores corporaciones de la historia humana.
     
       Su padre quería que se dedicase al estudio de las leyes y que llegase a ser abogado. El joven Lutero, en un principio, pareció aceptar ese cometido, pero un día sucedió algo que cambiaría su vida por completo.

     Nuestro amigo frecuentaba bares y burdeles, vivía de forma copiosa, acompañado de lujos que no necesitaba para subsistir. 

       En plena noche, mientras cabalgaba a lomos de su caballo en uno de esos bosques tan tenebrosos e intimidantes de Germania en los que las tropas romanas perdían una batalla detrás de otra tiempo atrás, y mientras se producía una tormenta eléctrica sin precedentes para él mismo, cayó en medio de un camino y entró en pánico. Cuando se vio en medio de ninguna parte, rodeado por estruendos y escalofriantes luces que causaban rayos y truenos, empapado por una lluvia extremadamente violenta, y asustado por la profundidad del bosque que en la noche se mostraba terrorífico, se puso de rodillas y rogó a Dios que lo dejase salir vivo de allí. A cambio de ese favor, Lutero se comprometió a seguir, al dedillo, todos y cada uno de los Mandamientos, y llevar su vida siguiendo el ejemplo de Cristo.



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