sábado, 31 de diciembre de 2016

El año de la incertidumbre: ¡COMO TODOS!

Que no sirva de precedente, pero tengo que darle la razón a Rajoy: este es el año de la incertidumbre. Aunque, bueno, no es sólo éste, sino todos en los que hemos vivido. No hay vida humana si no hay duda, porque nada es seguro más que el instinto que nos empuja a mantener nuestras vidas, aunque a veces se desvanezca y nos lleve a trágicas situaciones.

La religión ha perdido su carácter verídico y certero, se duda de la ciencia porque se emplea en investigaciones que se dirigen a un fin concreto y las mismas son financiadas por multinacionales con unos intereses determinados, la filosofía se pone en entredicho pues ya no sirve confeccionar grandes sistemas, sino pequeñas reflexiones válidas para cada uno. La labor de todo sistema político actual se pone en duda: ¡no son eficaces! La democracia es el gobierno de unos cuantos que creen ser todos. Y Dios, ¿qué hay de Dios? Es tan aparatosa y difícil la situación que no podemos afirmar que ha muerto, porque sencillamente no tenemos ni pajolera idea. 

Si seguimos dudando de absolutamente todo la situación acabará por explotar y se articulará una debacle de consecuencias inimaginables, posiblemente la peor en toda la historia de la humanidad, y, posiblemente, también, la última.


¿Qué nos queda, pues, ante tamaña situación? Hace tiempo escribí un libro titulado Cuestión de hormigas en el que comparaba la vida de los seres humanos imbuidos en este sistema de producción y consumo con esos entrañables insectos, y quizá algunas de las reflexiones que incluí en el mismo nos sean de gran ayuda. La sinopsis del mismo se presenta como la mejor de las mismas:

Cuando hemos perdido el norte casi por completo y estamos flotando a la deriva de nuestros impulsos y pasiones más egoístas, debemos tomar, de inmediato, una decisión. Si seguimos viviendo de esta manera, movidos por el vicio, el interés económico y la codicia, la debacle moral, y, consiguientemente social, es palpable. Hemos de agarrar nuestros pies con clavos tomando la mejor de las decisiones, permaneciendo serenos.

Ahora bien, ¿cómo agarrar nuestros pies de semejante manera y no morir en el intento? Tenemos tiempo para pensarlo. Feliz 2017.


 



 

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