jueves, 23 de enero de 2014

Dios Mío!

Personalmente, no soy partidario de ninguna religión, porque mis creencias verdaderamente no son acordes con la mayoría de los preceptos de cualquier religión, no puedo obviar que suceden cosas que escapan a mi entendimiento y el de cualquier ser humano y que no por ello han de ser causadas por algo sobrenatural, pero, ¿es qué acaso Dios tiene que ser un ente sobrenatural? ¿No puede ser Dios “un algo” que conecta todo lo que existe y permite así que todo funcione? ¿No puede ser Dios una chispa encendida en el inicio de los tiempos y que perdurará hasta que todo lo que vemos, olemos, tocamos, sentimos… se acabe?


Para mí, Dios es “un algo”, una fuerza que lo rige y todo y lo mantiene todo ordenado, al que no se le escapa ni un mísero detalle; si una cabra montesa tiene cuernos es para algo, debemos ser conocedores de ello, si el ser humano tiene dos manos es para algo y si tiene un cerebro también es para algo, aunque poco lo use. Existe una armonía en todo lo que existe, una perfecta afinación, pasan cosas malas, nadie puede negarlo, pero estas cosas malas suceden por algo, suceden porque un mundo no puede ser perfecto, en un mundo no puede ir todo bien, se ha de producir un equilibrio entre cosas beneficiosas y cosas perjudiciales, las personas se tienen que morir para que después existan más personas, los pájaros tienen que comer, los gusanos tienen que comer, las ranas tienen que comer, los perros, leones, tigres y osos tienen que comer y necesitan comer para funcionar y vivir, para aprovechar esta experiencia de magnitudes únicas, porque no somos nosotros los únicos que debemos disfrutar de todo lo que hay y existe, sólo somos uno más en todo lo que hay, aunque quizás tengamos la chispa más encendida que el resto, quien sabe.


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